Polis: Prologo - Fragmento 6
Como era de esperarse, había una presión abrumadora entre los alakës también, que esperaban el momento en el que el rey diera la orden para comenzar una redada y dar comienzo a una de las guerras que se recordaría hasta final de los tiempos.
Los borkës no habían calmado su estrés al llegar a la costa y conservaban sus armas alzadas, pero esto no impidió que la primera flecha llegara directamente a la garganta de uno de ellos. Como un rayo se vió aquel proyectil que dio inicio al ataque de los alakës que fue precedido por una lluvia de puntas metálicas, obligando a los borkës a usar los toscos escudos que poseían. Aun con escudos, muchos borkës cayeron, pues esta arma de defensa nunca fue de su agrado y no sabían fabricarlos bien. Al darse cuenta que estas flechas poseían un poder especial esperaron temerosos y furiosos de impotencia a que el enemigo cesara aquella lluvia. Sin embargo, los alakës que se encontraban en lo alto de los acantilados, seguros de que ningún artefacto enemigo lograría llegar a los más de quinientos metros de altura, fueron sorprendidos por una esfera que chocó contra los riscos a una altura considerable y explotó en el acto provocando el colapso de gran parte del borde de la cordillera Marrol.
Historias de Terran por S. Arias
Los borkës no habían calmado su estrés al llegar a la costa y conservaban sus armas alzadas, pero esto no impidió que la primera flecha llegara directamente a la garganta de uno de ellos. Como un rayo se vió aquel proyectil que dio inicio al ataque de los alakës que fue precedido por una lluvia de puntas metálicas, obligando a los borkës a usar los toscos escudos que poseían. Aun con escudos, muchos borkës cayeron, pues esta arma de defensa nunca fue de su agrado y no sabían fabricarlos bien. Al darse cuenta que estas flechas poseían un poder especial esperaron temerosos y furiosos de impotencia a que el enemigo cesara aquella lluvia. Sin embargo, los alakës que se encontraban en lo alto de los acantilados, seguros de que ningún artefacto enemigo lograría llegar a los más de quinientos metros de altura, fueron sorprendidos por una esfera que chocó contra los riscos a una altura considerable y explotó en el acto provocando el colapso de gran parte del borde de la cordillera Marrol.
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