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Mostrando las entradas de junio, 2017

Fragmento 77 - Polis: Capítulo 1 | 28

Las puertas de las ruinas sagradas fueron abiertas y un ejército de grandes bestias montadas por alakës se desplegaron entre los árboles marchitos al mismo tiempo que los seis pilares se iluminaban y permitían que una bandada de grandes pájaros blancos se elevara por los cielos de Almabos a la luz del astro nocturno que bañaba la marcha de todos los éldon que marchaban desde todos los rincones de Erutar, la misma luz que nutría el tenue brillo del cristal que iluminaba suavemente el interior de Celesthea. Historias de Terran por S. Arias. Todos los derechos reservados.

Fragmento 76 - Polis: Capítulo 1 | 27

En una situación similar se encontraba un alak en una ciudad al oeste. Al borde de un lago de brillo plateado y rodeado por una montaña que lo cobijaba, se encontraba el conocido templo de placer donde la música no paraba nunca. En este estaba el comandante general de Grebon disfrutando entre risas de una bacanal que se celebraba habitualmente después de un duro día de entrenamiento. Pero esta vez había algo particular en el ambiente porque todos hablaban de una despedida. Por órdenes de aquel importante alak bonachón, el ejército se deleitaba con los placeres que les brindaba la ciudad antes de acudir al llamado en el cual fueron convocados para defender al gran árbol titánico que para cada uno de ellos era el pilar de la vida y a quien tenían que agradecer por su maravillosa vida de excesos y paz. Historias de Terran por S. Arias. Todos los derechos reservados.

Fragmento 75 - Polis: Capítulo 1 | 26

Mucho más al norte, en una choza de paja espaciosa y cuidadosamente elaborada en forma circular, se estaba realizando una celebración ligada al festival de lucha que se llevaba en la ciudad de Evergrin, conocida también por ser la ciudad perdida de los bosques. Sin embargo esta celebración era privada y exclusiva solo para la paladina que comandaba a los guerreros salvajes de la ciudad y para los invitados elegidos por ella misma. Aunque se había dado la orden de no permitir el ingreso de nadie, una alaki irrumpió en aquel recinto de manera agitada y solicitando la inmediata atención de su líder. En el centro del recinto sobre un gran somier se encontraba semidesnuda la paladina rodeada por cinco hombres escasos de ropa tomando algún tipo de bebida embriagante. Otros guardias trataron de detener a la intrusa que se detuvo sonrojada por la escena que presenciaba. La mensajera solicitó la atención de la alaki y con la mirada girada para apartar la vista, solicitó la presencia de la palad